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Jorge Vidart un verdadero titan en el desierto a bordo de su Bianchi

Jorge Vidart, embajador BIANCHI es un referente nacional del mundo del ciclismo. Dedicado al rubro de la pintura, empezó a entrenar en 2005; ya en 2008 salió campeón nacional de bicicleta de montaña y quiso subir la apuesta. Ese año hizo la Ruta de los Conquistadores, en Costa Rica, y en 2010 se anotó en la Titan Desert en Marruecos.

Volvió a Costa Rica en 2012 y a Marruecos en abril de 2013, donde terminó sexto en la categoría Senior y entre los cien primeros en la tabla general.
Este año nos volvió a sorprender con su brillante participación en la Titan Desert 2017, una competencia que se desarrolla en el desierto de Marruecos y durante 600 kilómetros. Los deportistas deben soportar temperaturas extremas de 45ºC durante el día y en la noche registros de bajo cero. Quienes participan de este desafío son verdaderos titanes del desierto.

Sumado a la adrenalina del desafío, está el buen gesto de Jorge que forma parte de “Ciclistas sin fronteras” una organización cuyo fin es conseguir bicicletas para los niños de escuelas rurales. En nombre de esta organización a bordo de su Bianchi Methanol CV 9.1 se aventuró Jorge al temido desierto marroquí.

Supermoto tuvo el gusto de conversar con él.

 

Jorge, ¿Has participado anteriormente?

Sí, participé en dos ediciones anteriores, la primera en el año 2010, ésta tiene un mérito especial pues viajé, competí y preparé la carrera sólo. Fui el primer Uruguayo en participar.
La segunda vez en el año 2013, fuimos con Andrés Bonelli, ésta fue diferente porque ya sabía a lo que me enfrentaba.

¿Qué se siente participar de una competencia tan exigente a nivel físico y mental?

Las sensaciones son una mezcla de sufrimiento y placer.
En tu cabeza se repite: desafío, adrenalina, sacrificio, dolor, confianza, recompensa y orgullo; todo esto puede pasar por tu mente en un minuto o a cada momento, son 612 Km, 6 días de 42ºC y noches que congelan músculos y articulaciones, horas y horas de pedaleo constante entre arena, piedras sueltas, espinas y mucho mucho viento, subir y bajar de la bici. Al final de la etapa una ducha rápida, comer, tratar de descansar (es muy difícil por el gran calor sofocante) acondicionar la bici para la siguiente etapa, cenar y dormir en una hayma la cual compartís con dos competidores.

El descanso nunca es suficiente, hay una etapa maratón de 244 Km en la cual cada competidor debe cargar sobre de dormir, ropa de abrigo y comida para dos días.
Cuando pasás la línea de meta el último día y sos consciente del gran esfuerzo que terminás de realizar, después de conocer las enormes dificultades que tienen los locales que viven en ese entorno, sin dudas: te sentís un ser humano privilegiado.

¿Cómo te preparaste para esta competencia?

Antes de participar en una prueba tan extrema, lo primero es buscar información, de todo tipo, el clima: de día picos de 45ºC, de noche bajas de 0ºC.
Es necesaria una mochila hidratante de mínimo 2 litros, lentes, gps, brújula, sobre de dormir térmico, comida para las etapas, etc. Tener bien clara la logística, es muy importante.

Después la preparación física y sobre la bici. Los fines de semana hacemos salidas de 5 ó 6 hs., por trillos y ripios, entre semana las salidas son más cortas por razones laborales, no olvidarse que esto es totalmente amateur.

La mente es lo principal, en cada salida tenés que estar convencido de lo que vas a hacer. En estas pruebas para mí el 60% es cabeza, el resto físico y mucha suerte.

¿Cuál fue la dificultad más grande que tuviste que enfrentar durante el desafío?

Éste año fue el que fui mejor preparado física y mentalmente. En la segunda etapa contraje enterocolitis, esto me generó no poder comer nada y la sensación de vómito era horrible, terminé las 4 etapas siguientes en esas condiciones, fue una lucha interna entre mi cuerpo que decía basta y mi cabeza que decía hay que terminar.

¿Qué consejo le darías a los ciclistas jóvenes que están empezando y sueñan con participar en grandes desafíos como este?

Éstos son desafíos personales de mucha paciencia, todo a su tiempo, es un proceso que no se debe apresurar. Todo se puede lograr lo importante es estar convencido. Entrenar, entrenar y entrenar, sin sacrificio no hay recompensa.

Por último, ¿volverías a participar?

Por supuesto que sí, cada desafío es una enseñanza.

Pese a las adversidades a las que Jorge se tuvo que enfrentar, incluyendo una gastroenterocolitis, obtuvo un brillante sexto puesto en su categoría.

Este aguerrido Embajador Bianchi continúa haciendo historia.

¡FELICITACIONES JORGE, VAMOS POR MÁS ÉXITOS!

 

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